La Ignorancia es atrevida, muy atrevida...
Hace unos días me senté con un amigo a comer pasteles y
empanadas, una de mis fascinaciones culinarias, y mientras conversábamos, no
pude evitar oír lo que en la mesa de enseguida de aquel puesto esquinero, de
una concurrida avenida de la ciudad donde resido. No me llamen chismoso, es que
fue inevitable en el momento en que escuche "La china le salió
arepera" La frase salió de un patético neandertal de la edad de piedra,
sentado en una silla blanca con una gaseosa en la mano y con la certeza de
creerse una enciclopedia ambulante, un tipo de unos 28 o 29 años, moreno de
barba corta, cara de grench y una pronunciada pansa que sobresalía sobre una
vieja correa de cuero café.
Sin ahondar en más detalles, el protagonista de este pots se
refería a la señora que atendía el puesto callejero, de un tema quizás
controversial en esta época, la hija de una amiga en común era lesbiana. El
tipo creyendo saber mucho le dijo a la señora en palabras muy textuales
"la saco de estudiar, le dio un celular, ¿será que la china no va a
mariquiar en ese celular con más viejas lesbianas?, no me crea pendejo dígale
que la lleve al psicólogo, ellos saben quitar esas enfermedades, o que la lleve
donde un cura, que le hable y que rece por ella, para que se le quite el
mal".
No hay derecho a expresarse así. El homosexualismo, la
bisexualidad y el lesbianismo, es una opción sexual, que se desarrolla en cada
persona como construcción de identidad, cada persona tiene derechos sexuales y
reproductivos, como decidir por sí sola con quien tener relaciones sexuales. ¿Quién
dijo que era una enfermedad o un maleficio del demonio? quizás un psicólogo
aprovechado de la situación emprenda una serie de procesos y tratamientos que quizás
nada tengan que ver con la opción sexual y como desarrollarla de manera
individual y consiente de los riesgos y el placer que a esas personas les pueda
presentar. O peor aún un cura ignorante de la situación inicie un exorcismo
para “quitarle esas ideas locas de satanás”.
Es inconcebible pasar por los derechos de las demás personas.
Cuando le conté a un amigo homosexual el asunto me dijo "quizás es una
loca reprimida, que no ha experimentado y le aterra la idea de saber que es así
también"
Terminare por decir, no es una enfermedad o un maleficio la orientación
sexual, que las personas tienen derecho a desarrollar su libre personalidad y
que lo que hay que hacer es aconsejar a estas personas a que desarrollen su opción
sexual de una manera sana y responsable. Y a los neandertales del siglo
antepasado, que hay que leer investigar y saber antes de pronunciar estupideces
de tal calaña y que hay que dejar el garrote y las piles en ese siglo.
ESTEBAN VALDERRAMA.